domingo, 29 de enero de 2012

De las moscas de la plaza pública - Friedrich Nietzsche

-¡ Refúgiate en tu soledad, amigo mío! Te veo aturdido por el ruido de los grandes hombres y acribillado por los agijones de los mediocres. En tu compañía sabrán callarse con dignidad la selva y las rocas. Aseméjate de nuevo al árbol que amas, al árbol de frondoso ramaje; suspendido sobre el mar; él te escucha silencioso. La plaza pública comienza también donde termina la soledad. Y donde comienza la plaza pública comienza también el ruido de los grandes histriones y el zumbido de las moscas venenosas. Nada valen las mejores cosas del mundo sin alguien que las represente. Grandes hombres llama el pueblo a estos representantes. Comprende mal el pueblo lo que es grande, es decir, lo que crea. Pero tiene un sentido para todos los representantes, para todos los histriones de las grandes cosas. Alrededor de los inventores de los nuevos valores gira el mundo; gira invisiblemente. Alrededor de los histriones giran el pueblo y la gloria; así "va el mundo". El histrión tiene ingenio, pero poca conciencia del ingenio. Cree siempre en lo que le hace obtener los mejores efectos, en lo que mueve a las gentes a creer en él. Mañana tendrá una nueva fe y pasado mañana otra fe todavía más nueva. Tiene, como el pueblo, ágil el espíritu y pronto el cambio. Trastocar: esto es lo que él llama demostrar. Volver loco: a esto le llama convencer. Y para él la sangrees el mejor de todos los argumentos. Califica de mentira y de nada a la verdad que no penetra sino en los oídos delicados. ¡ En verdad, sólo cree en los dioses que meten mucho ruido en el mundo! ¡ La plaza pública está llena de bufones alborotadores, y el pueblo se vanagloria de sus grandes hombres ! Para él son los dueños del momento. Pro el momento les apremia; por eso ellos te apremian a su vez. Exigen de ti un sí o un no. ¡Desgraciado de ti si quieres colocar tu asiento entre un para y un contra! No te sientas celoso de los espíritus impacientes o absolutos, ¡oh amante de la verdad! Hasta ahora nunca ha ido la verdad a cogerse del brazo de los intransigentes. Deja a estas gentes precipitadas y retorna a tu tranquilidad de espíritu; "únicamente en la plaza pública se ve uno exaltado por los "sí" o por los "no". Lo que sucede en las fuentes profundas sucede con calma. Es necesario que aguarden mucho tiempo para saber qué es lo que ha caído en su fondo. Todo lo que es grande sucede lejos de la plaza pública y de la gloria. Lejos de la plaza publica y de la gloria han permanecido siempre los inventores de los nuevos valores. ¡Huye, amigo mío, huye a tu soledad! Demasiado has vivido al lado de los mediocres y de los lastimeros. ¡Huye delante de su invisible venganza! No quieren sino vengarse de ti. ¡No levantes más el brazo contra ellos! son innumerables y tu destino no es ser cazamoscas. Innumerables son estos ruines y lastimeros; muchos edificios altivos fueron destruidos por gotas de agua y por malas hierbas. Tú no eres una piedra; pero ya te han resquebrajado muchas gotas. Y muchas gotas te rajarán y te quebrantarán todavía. Te veo cansado por las moscas venenosas. Te veo desgarrado y ensangrentado en muchos sitios. Y el orgullo desdeña encolerizarse. Querrían tu sangre con la mayor inocencia. Sus almas anémicas reclaman tu sangre y pican con la mayor inocencia. Pero tú, que eres profundo, sufres demasiado profundamente aun con las pequeñas heridas. Antes que estés curado, habrá pasado sobre tu mano su gusano venenoso. Me pareces demasiado orgulloso para matar estas moscas golosas. ¡Mas ten cuidado, no hayas sido destinado a recibir toda su venenosa injusticia! Zumban alrededor de ti, incluso te alaban. Importunidades; ésas son sus alabanzas. Quieren estar cerca de tu piel y de tu sangre. Te adulan como se adula a un dios o a un diablo. ¡Que importa! Son aduladores y llorones, nada más. También acostumbran a menudo a estar amables contigo. Así actuó siempre la astucia de los cobardes. ¡Sí, los cobardes son astutos! Con su alma mezquina piensan mucho en ti: ¡les resultas siempre sospechoso! Todo lo que hace reflexionar mucho llega a hacerse sospechoso. Te castigan por todas tus virtudes. Sólo tus faltas perdonan de todo corazón. Como eres benévolo y justo, dices: "son inocentes de su ruin existencia." Pero su alma mezquina piensa "Toda gran existencia es culpable." Aún cuando tú eres benévolo para con ellos, se sienten despreciados por ti y pagan tus beneficios con malas acciones disimuladas. Tu orgullo sin palabras les contraría siempre. Se alegran cuando llegas a ser bastante modesto para ser vanidoso. Los excita todo cuanto apreciamos en un hombre. ¡Cuídate, pues, de los mediocres! En tu presencia se sienten pequeños y su bajeza arde contra ti en una invisible venganza. ¿No t has dado cuenta de que en cuanto te acercabas a ellos se callaban y sus fuerzas les abandonaban, como el humo a un fuego que se extingue? Sí, amigo mío: tú eres la mala conciencia de tus prójimos, porque ellos no son dignos de ti. Por eso te aborrecen y querrían chuparte la sangre. Tus prójimos siempre serán moscas venenosas. Tu grandeza es precisamente lo que debe hacerles cada vez más venenosos y más parecidos a las moscas. ¡Huye, amígo mío, a tu soledad, allí arriba donde sopla el viento rudo y fuerte! No es tu destino servir de cazamoscas.
Así habló Zaratustra.

Bibliografia:
Así habló Zaratustra. Friedrich Nietzsche. Círculo de lectores, edición no abreviada. Traducción, EDAF.

EMILIO o de la educación - Jean Jacques Rousseau


Bueno mis apreciados lectores, Hoy les traigo a ustedes Libros.
Este libro se podría decir que es una guía para educar al ciudadano común, Rousseau nos pone como ejemplo a Emilio, un niño que él mismo crea y educa desde su nacimiento hasta que ya es todo un hombre y tiene que hacer uso de su razón y de sus conocimientos para tomar decisiones por sí mismo.

Ojalá y lo pudieran conseguir, es excelente, pero que no se pierda la esencia de los libros, de la imprenta, del papel y la tinta, de la biblioteca en la sala o la alcoba...
Sólo colocaré algunas citas que extraje del libro para que lo vayan conociendo un poco.

"Las buenas instituciones son aquéllas que poseen el medio de desnaturalizar al hombre, quitarle su existencia absoluta para reemplazarlo por otra relativa, y transportar el Yo dentro de la unidad común; de tal manera que cada particular no se crea uno, sino parte de la unidad, y sea sensible solamente en el todo".

"El hombre civilizado nace, vive y muere en la esclavitud: a su nacimiento se le cose en una envoltura; a su muerte se le mete en un ataúd; mientras conserva la figura humana, vive encadenado por nuestras instituciones."

"Siempre lo bastante, jamás lo demaciado"

"Puesto que los hombres cuanto más saben más se equivocan, el único medio de evitar el error es la ignorancia. No juzguéis, y jamás os equivocaréis. Es la lección de la naturaleza y tambien de la razón."

"¡Conciencia, conciencia!, divino instinto, inmortal y celeste voz, guía segura de un ser ignorante y limitado, pero inteligente y libre, juez infalible de lo bueno y lo malo, que haces al hombre semejante a Dios..."
"...Pero no basta con que este guía exista, es necesario saber comprenderle y seguirle. Si habla a todos los corazones ¿Por qué son tan pocos los que le comprenden?...La conciencia es tímida, ama el retiro y la paz, el mundo y el ajetreo la espantan, y los prejuicios son sus más crueles enemigos; huye o se calla ante ellos y sus estridentes voces cubren la suya e impiden que la oigan; el fanatismo se atreve a desfigurarla y a definir en su nombre el crimen. Harta al fin de que se desentiendan de ella, se calla y no nos contesta, y, después de haberla menospreciado largo tiempo, cuesta tanto llamarla como costó alejarla..."

"Dicen los hombres que lavida es corta...No sabiendo en qué emplear el tiempo, se quejan de su rapidez y yo veo que en lo que lo emplean corre con demasiada lentitud"

"No sólo pensamos en llegar, sino en la distancia que recorremos..."

Un libro excelente, de cabezera... Les recomiendo mucho el capitulo XCIV: LA FELICIDAD SÓLO ES POSIBLE SI UNO SABE SUJETAR LAS PASIÓNES.

Gracias por la atención, y no dejen nunca de leer.

El amor - Jalil Gibrán

ENTONCES dijo Almitra: háblanos del amor.
Y él levantó la cabeza, extendió sus miradas sobre todo el pueblo de Orfalís, y un profundo silencio se hizo, y con voz sonora, díjoles:
Cuando el amor os llame, seguidlo, aunque sus caminos sean duros y empinados.
Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos a él.
Aunque la espada que se oculte entre sus plumas os hiera.
Y cuando os hable, creedle.
Aunque su voz devaste vuestros sueños, así como arrasa los jardines el viento del norte.
Porque así com el amor os corona, os crucificará.
Así como impulsa vuestro crecimiento, también os podará.
Así como impulsa vuestro crecimiento, también os podará.
Así como asciende hasta vuestras alturas y acaricia vuestras más tiernas ramas que se agitan ante la faz del sol,
Descenderá hasta vuestras raíces enclavadas en la tierra, y las sacudirá en el silencio de la noche.
Como gavillas de trigo os cosechará para sí.
Os trillará hasta dejaros desnudos.
Os tamizará hasta libertaros de lo inútil.
Os molerá hasta dejaros como el ampo de la nieve.
Os amasará hasta dejaros dúctiles.
Y entonces os destinará a su fuego sagrado, donde quedaréis convertidos en pan sagrado para la sagrada fiesta de Dios.
Todas estas cosas las harás eñ amor con vosotros para que podáis conocer el secreto de vuestro corazón, y quedar convertidos, gracias a ese conocimiento, en un fragmento del corazón de la Vida.
Mas, si en vuestro temor buscáis solamente la paz y el placer que el amor puede ofrecer.
Entonces os valdría mejor cubrir vuestra desnudez y abandonar su era, y seguir a un mundo sin estaciones donde podréis reír, mas no con toda vuestra risa, y llorar mas no con todas vuestras lágrimas.
El amor no da nada que no sea de sí mismo, y no toma nada que no sea de sí mismo.
El amor nada posee, ni permite ser poseído.
Porque el amor se basta al amor.
Cuando améis no digáis: "Dios está en mi corazón", sino más bien: "Yo estoy en el corazón de Dios".
Y recordad que nunca podréis dirigir el curso del amor, sino que el amor, si os encuentra dignos, es el que dirigirá vuestro curso.
El amor no tiene ningún otro deseo fuera del de lograr su propia realización.
Pero si amáis y está en vuestra voluntad tener vuestros propios deseos, que éstos sean así:
Derretiros y convertiros en un arroyo que cante sus melodías a la noche.
Conocer el dolor de una excesiva ternura.
Quedar heridos por vuestro propio conocimiento del amor.
Y derramar, voluntaria y alegremente vuestra sangre.
Y despertaros al rayar el alba con un corazón alado, dando las gracias por otro día de amor.
Descansar al mediodía y meditar en el éxtasis del amor.
Regresar a la hora vespertina a la casa con gratitud.
Y dormir entonces con una plegaria en el corazón para el amado, y en los labios con un himno de bienaventuranza.

Bibliografía:
El profeta - Versión: Antonio Chalita Sfair. Jalil Gibrán. 11a. Edición.