Las compañías petroleras dejan sin el líquido a miles de pobladores para usarlo en sus planes de “desarrollo” y recuperación de los campos de producción. Los trabajadores están resueltos a no dejarse desalojar de manera indirecta por el gran proyecto económico petrolero y defender el territorio, el agua, su identidad y su cultura hasta con su propia vida.
Muy a pesar de que el agua tiene propiedades únicas que favorecen el almacenamiento de la misma, si la confinamos correctamente en contenedores de 3 o 5 litros puede conservarse almacenada por cerca de dos años y en envases más pequeños de 1 a 3 litros puede llegar hasta los 6 meses.
De cara a los pobladores del Corregimiento de El Centro, ECOPETROL y la OXI ANDINA no han encontrado la fórmula para garantizar que haya una infraestructura que garantice la distribución y el almacenamiento a todos y cada uno de los pobladores de los diversos Campos del Corregimiento, incluido LAURELES PUERTA DEL ONCE y CAMPO CINCO; así las inversiones para la solución definitiva estén por el orden de los cuatro mil millones de pesos.
Al mismo tiempo, las aguas frescas y limpias se están transformando en aguas residuales. Cada vez hay menos agua de calidad utilizable para el consumo humano, mientras que aumentan los volúmenes de aguas contaminadas. El uso irracional del recurso, por parte de las industrias por su desperdicio y la contaminación a la que es sometida constantemente, disminuye la disponibilidad de agua utilizable, afectando a la salud del hombre y a los ecosistemas dependientes del recurso, alterando la flora y la fauna que cobija.
Las descargas de residuos contaminantes, tales como los lodos de perforación, las aguas saladas de inyección para recuperación secundaria, los derrames de hidrocarburo sobrepasan la capacidad de recuperación natural de los cuerpos de agua que los reciben pues la contaminación aumenta proporcionalmente al incremento acelerado de las diferentes actividades industriales. Este proceso de autodepuración natural del agua es lógicamente vulnerado con las evidentes y abrumadoras pruebas de ser un desastre ambiental de escala local y global.
Hasta ya es un rumor popular que las próximas guerras serán por el aseguramiento de las fuentes de agua, denominado el oro azul y en ciertas regiones del mundo el agua dulce ya tiene un valor superior al petróleo.
Con todos estos antecedentes y teniendo en cuenta que para nadie es un secreto que los administradores del proyecto La Cira Infantas han buscado por todos los medios aburrir a las comunidades, amenazarlas de usar los mecanismos jurídicos para desalojarlas, suspender el suministro de gas, e imponer racionamientos en el servicio de agua, son parte de una misma estrategia para que mas y mas familias desconcertadas emprendan el camino hacia la ciudad, así se desprendan abruptamente de su entorno natural o se ubiquen en los cordones de miseria de los centros poblados, es apenas entendible que a pesar de que la comunidad tiene su propia Corporación para el manejo del Agua CORPOCENTRO, hoy este ente que esta representado por personas de la comunidad viene sufriendo todo tipo de presiones a fin de que el agua dulce y potable, tenga prioridad en los usos del proyecto La Cira Infantas y no en los de la comunidad.
Esta situación ha llevado a mantener a sectores enteros como Laureles y Campo cinco a estar sin una gota de agua durante ocho días, por lo cual la comunidad indignada empieza a movilizarse para exigir su derecho al preciado liquido y para notificar a la OXI y ECOPETROL que si por sus veredas no puede pasar el agua potable, por sus carreteras y caminos no va a pasar el desarrollo del Proyecto La Cira Infantas. Este pueblo ya no está mendigando, tampoco está cañando, está resuelto a no dejarse desalojar de manera indirecta por el gran proyecto económico petrolero y esta dispuesto a defender el territorio, el agua, su identidad y su cultura hasta con su propia vida.
Ya es tiempo de que los administradores del proyecto se concienticen sobre la importancia de la optimización del agua, la gestión de la misma y sobre todo cumplir moralmente con el grueso de la población que no tiene acceso sostenido en cantidad, tiempo y calidad de este tan elemental recurso.
¿Será que las comunidades que han permitido la extracción del petróleo, que hoy oscila a cien dólares (U$ 100) el barril, que devengan salarios diarios de $34 050, ahora también les tocará comprar el agua en los vehículos distribuidores de las envasadoras?
Hasta cuándo el cuentico del mantenimiento de redes y de contaminaciones incontroladas, señores del Proyecto La Cira Infantas, el pueblo no es tan tonto como ustedes creen y la verdad ya están cansados de tantos personajes mentiROZOS.
www. usofrenteobrero. org
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